Mariela Ackermann
Soy Mariela, nací en Entre Ríos argentina tengo 53 años y soy Numeraria Auxiliar del Opus Dei y a mucha honra como se dice.
Fui alumna del ICES y ahí descubrí mi vocación a la Obra. Mi vida hasta ahora ha sido una gran aventura dentro de esta vocación que es el servicio directo a la persona. La vocación de Numeraria Auxiliar tiene muchas facetas...cada una de nosotras más allá de la disponibilidad para realizar una u otra tarea en la administración, también debemos desarrollar el don que Dios nos dio, a unas les gusta más la gastronomía, a otras la hospitalidad; en mi caso me especialicé en el área de servicio de comedores, me gusta y disfruto cada día al observar la cara de los comensales con el menú, cuando hay alguna festividad y el menú es especial, les suelo transmitir a las cocineras la alegría que hay en el comedor gracias a la elaboración que con tanto empeño presentaron ese día. Creo que esto ayuda al aire de familia que hay en la Obra y que tanto valoramos.
Bueno como dije mi vida una aventura. Recuerdo con alegría el día que me propusieron ir a ayudar en la labor apostólica y dar una mano a Uruguay...yo en mi ingenuidad dije: ir a ayudar no... ir a vivir y ser una más sí me explicaron que si no me adaptaba lo dijera con toda libertad y volvería a Argentina y con mucho entusiasmo y algo de temor emprendí este nuevo desafío. Y aquí estoy desde hace 33 años con ganas de más. Cuando llegué a Montevideo empezó la gran aventura: especializarme en algún área de gastronomía y hostelería. Primero hice en la Universidad del Trabajo, Panadería profesional, luego en la Escuela de hostelería Oceanía hice la carrera de Mozo y así descubrí el amor por el servicio de comedores. Gracias a estos estudios durante 20 años fui instructora de restaurante en la Escuela de Hotelería del Plata, tuve la posibilidad de transmitirles a mis alumnas el amor al servicio a los demás, cuidando los detalles que sólo nosotros con nuestra vocación vamos descubriendo lo que necesitan en cada momento. En esta institución conocí y trabajé con muchos profesionales nacionales e internacionales sobre todo en el área gastronómica. Los cuales me ayudaron a abrir mi mente y estar dispuesta al aprendizaje, fue una época maravillosa donde crecí humana y profesionalmente.
Hay momentos que pienso que sería de mí si no hubiese conocido la Obra. Quizás seguiría en mi pueblo natal o mejor dicho en el campo. Pero no, Dios se valió de algunos acontecimientos que me cambiaron la vida. Tuve la posibilidad de ir en tres ocasiones a Roma. Primero fui a unas pasantías al hotel Majestic. Luego a la canonización de San Josemaría y hace unos años a un curso de formación internacional. Y todo esto gracias al Opus Dei pues no creo que mi vida hubiese sido tan enriquecedora.
Mi aventura aún no se acaba: pues cada día se presenta alguna. Como la lucha por ser fiel, hacer de mi trabajo una ocasión de amar más a Dios y a los demás, de ser alegre, y tratar de vivir las virtudes que me ayudan a la buena convivencia con las que viven conmigo. Soy feliz y agradezco a Dios todos los días por haberme elegido.
Mariela Akermann